El homenaje de un pueblo a su patrona

Puno vive la más grande de las festividades patronales del Perú

La festividad de la Virgen de la Candelaria enarbola a la ciudad para la iniciación de su homenaje, los puneños se prepararon con anticipación para iniciar el homenaje católico dancístico más grande del Perú.

Días antes del 2 de febrero las comunidades altiplánicas, de la selva puneña, cordilleranas y de la región llegan hasta la capital, para recibir las bendiciones de la Patrona de Puno, llegan trajeados con sus ropas autóctonas de un sin fin de colores y acompañados de su música ancestral nativa, poniendo en tapete y a la vista de todos, que Puno es la capital del folklore peruano.

“Los danzantes nativos que vienen en caravana para saludar a la Patrona de Puno, invaden la ciudad, para entregar su saludo de fe cristiana y aprovechar su participación en el concurso regional de danzas autóctonas que es realizada en honor de la Patrona; los visitantes peruano y extranjeros que visitan la ciudad quedan fascinados al ver tanta variedad de música interpretadas en instrumentos nativos; mientras que la atractiva vestimenta nativa se convierte por si solo en un festival multicolor de belleza ancestral.

Preparativos

Mientras tanto en el Templo San Juan Bautista, santuario de la Virgen de la Candelaria, se realiza el homenaje por parte de las instituciones publicas en el novenario de la Virgen, día tras día los trabajadores de las diversas instituciones públicas y privadas se acercan a escuchar misas, donde van dejando sus ofrendas florales que al final de la novena el altar de la virgen queda absolutamente abarrotada de flores frescas.

La víspera del día central, la Virgen sale de su santuario para enrumbar acompañado de sus fieles hacia la Catedral de la ciudad, en donde las infaltables tropas de sikuris a ritmo de bombos y sikus interpretan y amenizan la noche; son ellos quienes vestidos de ponchos y chullos con siku en mano dan la serenata quedándose en el atrio hasta altas horas de la noche, las bebidas calientes son repartidas entre los integrantes. Los fieles y otros, llegan hasta la plaza para disfrutar unas horas de música ancestral de las diferentes tropas de sikuris. Pasada las horas, el cielo se estremece mostrando un sin fin de aparecidas estrellas que deslumbran el cielo, pues el alferado da la orden de encender los fuegos artificiales.

Dos de Febrero

Los diversos conjuntos de trajes de luces quienes esperan hacer su presentación en los próximos días, llenan las calles de alfombras coloridas para que pase la Patrona en procesión, mientras tanto en las afueras de la Catedral se realiza la misa en honor a la virgen y un aproximado de centenar de banderines de pedrería hacen su aparición entre la multitud.

A pesar de que el clima a veces juega una mala pasada, pero aun así, con lluvia o sin ella la procesión se lleva cabo, los fieles siempre a su atrás y los infaltables sikuris tocando sus melodías para recibir las bendiciones de la virgencita. En el transcurso por las calles de los edificios llueven pétalos de flores multicolores que van bañando la imagen, a pesar de que la procesión dura un aproximado de seis horas hasta su templo, las personas la siguen con el fervor religioso haciendo sus peticiones milagrosas y hasta otras les caen lágrimas por los favores concedidas.

Al domingo próximo, u octava como se le conoce, se realiza el concurso de Trajes de Luces, donde las polleras y chaquetas de lana de oveja y las sandalias de los nativos se convierten en diminutas polleras de colores brillantes trajes espeluznantes, caretas de diablos y demonios, osos, caporales, diablos y otros remplazaron a las danzas nativas y empieza el jolgorio y el desbande de los puneños que radican en su gran mayoría en la ciudad. Luego de participar en el concurso, se dirigen al atrio del santuario para dar su saludo, ya que al día siguiente todos los conjuntos que son un aproximado de 80, realizaran la veneración en una ruta establecida anteriormente la cual para este año ha sido incrementada en su recorrido enormemente.

Casi todos las agrupaciones danzan una semana y llegado el sábado los sikuris terminan la festividad con sus respectivos cacharparis (fiesta de despedida), los conjuntos de trajes de luces ya lo hicieron en el transcurso de la semana.